lunes, 4 de marzo de 2013

carta abierta a un niño con cancer


Disculpa que me dirija a ti así, casi no te conozco. En realidad sé muy pocas cosas de ti.
Sé que apenas has comenzado a vivir.
Sé que tienes un tumor cerebral maligno.
Sé que hoy te han operado durante más de diez horas en algún hospital del mundo.
Sé que a tu hermana se le acabó la adolescencia el día que te diagnosticaron la enfermedad, y a tus padres se le ha congelado un suspiro en el pecho al verte llorar.
Sé que quisiera haberte dado la mano en algún momento.
Ni tan siquiera sé como te llamas.
Tienes que saber que no estás solo.
Tienes que saber que a tu lado está más gente de la que jamás imaginarás.
Tienes que saber que tu lucha se lleva a cabo entre emociones contenidas, sollozos, palabras de ánimo, plegarias silenciosas y amigos y parientes que aprietan las manos y les brillan los ojos.
Ahora duermes, dicen los médicos que pasarás así un día o más. También dicen que tu operación fue bien aunque es muy pronto para decir nada aún. Creo que has estado en buenas manos.
No sé como acabar este puñado de frases apresuradas, si te parece bien dejamos el final para otro día y recuerda:
No te rindas, por favor… NO TE RINDAS.
Fdo. Zuiker
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