jueves, 7 de marzo de 2013

el cancer desde sus principios

La niñez es un valor fundamental para el desarrollo del individuo. Por ello resulta fundamental, intentar en la medida de lo posible que el cáncer no eclipse las vivencias ajenas a la enfermedad en sí misma. Las fantasías y temores propios de esta etapa vivir con plenitud esos momentos, facilitará el proceso de vivir con cáncer.
Un niño con cáncer, no deja de ser un niño… y como tal tiene que vivir.
La niñez es un periodo de nuestra vida muy especial y si permitimos que los niños sean niños, con todas sus fantasías y temores el vivir con la enfermedad y enfrentarse a ella será más fácil.
Lógicamente, al igual que sus padres, el niño se preguntará que por qué él y los estados de ansiedad y depresión son frecuentes. Igual que los adultos, los niños sienten una gran ira, en muchas ocasiones dirigida a sus padres, hermanos, amigos o personal sanitario, manifestada en irritabilidad u otras alteraciones del comportamiento.
Cuando el niño es hospitalizado siente un gran temor que hace que se vuelva más exigente con sus padres, demandando su presencia física constante y todo su amor y cariño. Los cambios en los papeles familiares nunca son fáciles pero sí necesarios y puede que sea ahora el padre el que deba asumir mayores responsabilidades en el hogar.
Hay que tener en cuenta los numerosos efectos secundarios debidos al tratamiento.
Debido a su experiencia con la enfermedad puede manifestar las siguientes conductas:
  • Falta de cooperación. Se puede mejorar cuando el niño siente que su opinión se respeta y se le deja participar activamente.
  • Comportamiento regresivo: en muchas ocasiones el niño tiene un comportamiento de un niño de menor edad.
  • Fobia escolar: el niño se niega a ir al colegio una vez finalizado el tratamiento y en algunas ocasiones desarrolla síntomas para evitar ir. Surge por un gran temor de separación de su madre. A veces los padres, sin darse cuenta, fomentan esta reacción
  • Los niños en edad preescolar pueden experimentar sentimientos de abandono y separación cuando son hospitalizados, por consiguiente, la presencia física y el apoyo de los padres es especialmente importante.
Hay momentos especiales durante la enfermedad

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